El aeródromo Nazi de José León Suárez

  



Revista Actualidad de Villa Ballester -Marzo de 1944


     Los aliadófilos tomaron represalias el 1 de noviembre de 1942 cuando el presidente de la comisión investigadora de actividades anti argentinas, el diputado Sr. Juan Antonio Solari y el diputado Dr. Juan Carlos Caggiano, acompañados por la policía, se presentaron en el aeródromo “Cóndor Club de Planeadores”.

 El aeródromo estaba ubicado en los terrenos propiedad del Dr. Bertolotto, al final de la calle 9 de julio, más allá de su quinta y cerca del balneario de Marimón (hoy barrios "9 de julio" y "Villa Lanzone". 

  La razón de su visita era comprobar una denuncia de que allí operaba una organización militarizada compuesta por miembros del disuelto Partido Nacional Socialista Alemán en Argentina. 

 Mas precisamente, la denuncia aseguraba que estaban siendo entrenados como pilotos para un eventual servicio en las fuerzas armadas alemanas.

  Además de tener fundamentos, la denuncia se basaba en hechos concretos. Muchos héroes de guerra de la aviación norteamericana y europea habían comenzado su formación en los clubes de planeadores sin motor.

   La inspección se realizó en presencia del secretario del club, Sr. Otto Bechler, quien fue identificado como un activo militante nazi procesado por el juez de instrucción de la capital federal Dr. Vázquez.

   En el campo que utilizaban para las maniobras se descubrió un galpón donde guardaban tres aeronaves sin motor y una casilla que servía de vestuario. 

   Se encontró un libro de control de trabajo de los socios, revistas de propaganda y varios planos para la construcción de un modelo de planeador enviados de Berlín, todos escrito en idioma alemán. 
   Cada una de las hojas del plano tenía la inscripción N.S.F.K. Nazional Sozialistisches Flieger Korps (Cuerpo de Aviadores nacional socialista), lo que sugiere que los aeroplanos construidos por los socios del club podrían ser los mismos que utilizaba el ejército alemán.

  Los socios presentes en ese momento no superaban la cantidad de quince, todos de origen alemán o hijos de alemanes, que vestían un uniforme consistente en un overol de color blanco con el distintivo del club.

    Cierto día de octubre de 1943, uno de estos aeroplanos, un Pampero n°5, no resultó ser tan inofensivo que se pensaba, sobre todo para su piloto, que resultó con heridas de gravedad al precipitarse a tierra desde unos 20 metros de altura.  

    El desgraciado, que fue trasladado y asistido en el hospital de Cruz Roja, se llamaba Teodoro Henning, tenía 44 años y residía en Lafayette 63 de Villa Ballester.  Lo que no sorprendió fue que era miembro del Frente Alemán de Trabajo, que no era otra cosa que una organización sindical nacionalsocialista.

    Quedará la incógnita de saber si ese grupo de jóvenes eran ingenuos inmigrantes alemanes orgullosos del curso favorable que les presentaba la guerra o si el compromiso por la causa, como pensaban los denunciantes, iba más allá.
     Con conexiones en las diferentes organizaciones Nazis de Villa Ballester, es posible que estuvieran adiestrando pilotos alemanes para posteriormente ser enviados a su país para incorporarse a las fuerzas armadas combatientes. 

 También podrían haber estado tras la romántica aventura que podría significar una eventual colaboración de traslado de algún ilustre connacional, o porqué no, soñando con integrar una futura flota aérea en una Argentina victoriosa aliada con los países del eje.

  Asediados por la opinión pública, los alemanes finalmente se retiraron del club en 1943, y en 1944 quedó bajo la administración de un grupo de aficionados simpatizantes con los aliados.  Sin embargo, no lograron atraer suficientes socios y su funcionamiento siempre estará muy comprometido. 

  Desde un principio se comportarán de igual manera que los nazis al mostrarse como un club deportivo para jóvenes, pero al mismo tiempo, aprovechando la incertidumbre que significaba la eventual intervención de Argentina en el conflicto bélico, se presentaban como una alternativa para la defensa de la patria. 

  Con el comienzo de los cursos de vuelo sin motor en la escuela normal de San Martín en junio de 1944, pareció cambiar el panorama respecto a la cantidad de socios, pero no alcanzó.

  Con la declaración de guerra de Farrell, las especulaciones llegaron a su fin y el club fue finalmente cerrado.  

 En enero de 1947, se anunció la venta de los terrenos donde funcionaba.


Comentarios